Con esta pregunta, que espero que respondáis en los comentarios y redes, vamos a tratar de indagar en el motivo por el que la vuelta de Luke Skywalker al primer plano, gracias a su aparición en The Mandalorian, ha supuesto un reencuentro que posee diferentes significados para cada persona.
Luke Skywalker, aquel muchacho inocente de 1977, se ha convertido en una leyenda que representa nuestra travesía vital en este mundo. Con él, y como él, hemos llorado, reído, sufrido pero, sobre todo, nos hemos esperanzado. Y es que si algo representa Luke, en cualquiera de los productos u obras en las que aparece, es la esperanza. Y es precisamente de este modo en el que aparece en la serie, como una forma, un mito en movimiento, que todo el mundo puede reconocer gracias a su atuendo y a ese sable verde que simboliza lo positivo de esta maravillosa saga.
Rey: «¿Luke Skywalker? Pensaba que era un mito«
Aquí no vemos al Luke Skywalker humanizado, increíblemente interpretado por Mark Hamill, que aparece en Los Últimos Jedi. Por suerte, disponemos de ambas versiones para completar aún más el retrato del héroe de la saga pero es importante que no olvidemos algo: ambos son el mismo personaje desde perspectivas y momentos diferentes.
No es casualidad que en la serie se nos muestre a un Luke tan parco en palabras. Precisamente en esos espléndidos minutos, en los que Luke roba toda nuestra atención en pantalla, aparecen todos los elementos que conforman la leyenda que tenemos en la cabeza: poder, misterio, el atuendo, el sable verde, la capucha sobre la cabeza… todo ello siendo observado por los protagonistas de la trama.
En definitiva, vemos a Luke tal y como ellos pueden verlo: como un ser sublime que está por encima de todo. Lo vemos como un mito, igual que se puede ver al famoso personaje de Revan o del mismo modo en el que se nos presenta, en la infravalorada obra de Ken Liu, Las Leyendas de Luke Skywalker. Casi podría parecer un capítulo más de ese libro en el que asistimos a la visión que parte de los seres de la galaxia (que simboliza a todas las personas reales, a ti y a mi, al fandom) tienen de Luke Skywalker.
Ahora, sí os parece, vamos a ver cómo vivió, qué sintió y qué le recordó la vuelta del héroe de la saga a diferentes miembros del equipo:
- Paco Villa:
Ver a Luke Skywalker en el apogeo de sus poderes era algo que quería ver en pantalla desde hace años y que sólo había podido imaginar a través de novelas y cómics del invalidado Universo Expandido. Pero el final de The Mandalorian me dió eso y más. Con un Luke en modo Caballero Jedi, totalmente entrenado y con la Fuerza como su aliado. Desprendiendo un aura de superioridad e invencibilidad que no habíamos visto en la saga desde Darth Vader en El Imperio Contraataca o Rogue One. Un gran retorno de este personaje del que espero que puedan y sepan seguir sacándole todo su potencial. Los fans nos lo merecemos y Luke, el paradigma de lo que es un Caballero Jedi, también.
- Benjamín Bruña:
Desde luego el último episodio de The Mandalorian ha sido una inyección de nostalgia e ilusión a partes iguales. Siempre he defendido que esa representación de un Luke «Crepuscular» en Los Últimos Jedi era una forma de ver al personaje que me cuadraba después de todo lo que había vivido. Esto no quita que tuviera unas ganas tremendas de ver a ese Luke Skywalker «La Leyenda» y al final lo he encontrado en el sitio mas inesperado.
Así es, como muchos de vosotros formo parte de ese grupo que siempre decíamos en precuelas y secuelas: «Te imaginas que vemos…» y luego nos quedábamos con las ganas de verlo. Con esta experiencia y la sensación de continua derrota es con la que nos hemos enfrentado al final de la serie de Favreau y Filoni. Esa sensación es la que nos llevó a asumir, de cierta forma, la imposibilidad de ver ese Luke Jedi en la serie. La que hizo que tuviéramos debates sobre qué Jedi habría escuchado la llamada de Grogu.
Pero esa sensación de derrota de repente se esfumó, de repente se convirtió en un esperanza, un estremecimiento en la Fuerza. Me bastó un plano de un Ala-X para saber que ahí venía él y transportarme a una lejana noche de 1986 donde en VHS y una tele de 14″ escuche por primera vez: «Has fallado excelencia. Yo soy un Jedi como mi padre antes que yo». Ahí estaba el HÉROE, y en lo que se había convertido. Por fin tenía delante de mí a un Luke que hasta ese dia solo me había podido imaginar a través de novelas o en ver en acción en viñetas de cómics. Y por si alguien tenía dudas ese plano de una mano enguantada con la empuñadura, puesto para arrancar la lágrima a más de uno terminó de disipar cualquier atisbo de incredulidad.
¡Y qué espectáculo! Esos Dark Troopers, que vemos cómo al Mando le cuesta horrores derrotar a uno, son aniquilados por un Jedi como si de droides de la Federación de Comercio se tratara. Un Jedi avanzando como una fuerza imparable e incontenible y no cualquier Jedi genérico, no un Jedi nuevo. Estaba viendo al Maestro Jedi, a una Leyenda y entonces una vez más me di cuenta que es por este tipo de cosas por las que amo Star Wars más allá de cualquier límite racional. The Mandalorian nos ha devuelto muchas cosas, incluido Boba Fett, y abre el camino a muchas otras. Pero sin lugar a dudas lo más grande que nos ha devuelto es al Luke Skywalker que, hasta ahora, siempre nos quedamos con ganas de ver.
- Carlos de la Torre (MEGA)
Tuve el privilegio de poder ver Star Wars en su estreno. Entonces se llamaba Star Wars. Cuando tiramos de recuerdos, hay que ponerse en contexto personal circunstancial e histórico Las películas y sus personajes nos llegan de forma y manera diferente a cada uno dependiendo del momento y lugar, nos tocan la fibra especialmente.
Reconozco, en mi caso que nunca fue santo de mi devoción el personaje de Luke. Desde la primera vez que lo vi me pareció un inocentón, llorica, imberbe, soñador, quejica, pusilánime, siempre a la sombra de alguien, un mentor, un contrabandista listo y gamberro, una princesa o un padre oscuro (mi favorito). La evolución del mismo coincidió con mi proceso de madurez y poco a poco caló. Me caló y mucho. Con las novelas, con los cómics, con los juegos, con las películas… Con las secuelas llegó la crisis, la decepción, la indignación de cómo se le había tratado dentro de mi ideario personal… pero gracias a The Mandalorian, he tenido la redención. Gracias Filoni. Gracias Favreau. Por fin he podido sentir y visualizar al LUKE que quería ver. Al Maestro Jedi en su plenitud, enérgico, desatado, repartiendo mandobles, insuperable, usando la fuerza, gracias. Cuando aparece ése ala-x, los sentimientos afloraron solos, intuitivamente sabía qué era él, y aunque lo habíamos hablado en la Fosa como posibilidad, no terminaba de creerlo, pero sabía qué era él.
¿Sabéis esa sensación de que el cerebro te dice una cosa y el corazón otra? Gracias Filoni. Gracias Favreau. Lo demás que pueda comentar sobra, todos los que leéis estas líneas de un loco como yo, estáis al menos tan locos como el que suscribe. Mi deseo es sencillo, que lo volvamos a ver durante el proceso de llegar a las secuelas, que le den el trato que se merece, que brille. Quiero más redención. ¿Y vosotros?
- Ángel de Jorge:
Llevamos huérfanos de Star Wars dos semanas. Parece mentira que hace solo pocos años, que llegase una película de Star Wars a los cines era todo un acontecimiento. Con la trilogía de secuelas y los spin-off, llegamos a tener una película al año. Y si contamos las series televisivas como The Clone Wars, Rebels y Resistance, la cantidad de Star Wars de la que disfrutábamos era abrumadora. Luego llegó The Mandalorian, y lo que siempre fue un sueño para los amantes de Star Wars se hizo realidad. No lo podíamos creer… Durante ocho semanas consecutivas nos enamoramos de una serie, de sus personajes, criaturas y planetas. Un año y el siguiente… De repente, durante ocho semanas te despertabas un viernes con los nervios de poder disfrutar de una nueva historia de Star Wars. Y esta vez no eran unas maravillosas historias animadas, no. The Mandalorian nos ha regalado una serie que no tiene nada que envidiar a una película estrenada en cine. Nunca se podrá comparar la experiencia, por supuesto, pero la sensación, la emoción por ver un nuevo episodio repleto de maravillas, al menos para mí, era/es muy parecida. Y lo increíble, lo inédito, es que podías volver a soñar con esa historia siempre que quisieras, cuando quisieras y donde quisieras… Increíble. Pero vamos a lo que hemos venido… el retorno del Jedi. Cuando comenzó The Mandalorian todos pensábamos que esta historia estaría alejada de la saga Skywalker. Era lo lógico, al fin y al cabo se necesitaba cierto respiro. Pero lo que es cierto, es que la sombra de Skywalker es alargada. Sin ir más lejos, tanto en las series animadas como en los spin-off, los Skywalker han estado en su órbita. Quizás la excepción sea la película de Han Solo, pero en cualquier caso, Solo es un personaje totalmente ligado a Luke, y además el epilogo de la película nos muestra a un Maul que no solo conoció a un Skywalker, sino que murió cerca de la casa en la que vivía otro. Y no olvidemos que en el final de «Solo«, este viajará a Tatooine, donde en un futuro conocerá y acompañará a Luke en su aventura.
Pero volviendo a The Mandalorian, lo que en principio apuntaba a una historia de Star Wars sin Skywalker, la Fuerza o los Jedi, desde el sorprendente final del primer episodio, pudimos hacernos a la idea de que esto no iba a ir como pensábamos. Y tras una primera temporada en la que se encargaba al genial protagonista Din Djarin, buscar a un Jedi para entregar al pequeño usuario de la Fuerza Grogu, la segunda temporada confirmó que quizás la historia no iba a estar tan alejada de los Skywalker. Y vaya si así ha sido… Todos nos quedamos boquiabiertos con la aparición de Bo-Katan (era lo lógico tras la aparición del sable oscuro). Con el resurgir increíble de Ahsoka muchos nos emocionamos por lo que suponía el salto a imagen real de este personaje y por las posibilidades que abriría. Pero lo que no vimos venir y seamos sinceros (que fuera ÉL era lo más lógico) fue la aparición de ese X-Wing, de esa figura encapuchada, de esa mano enguantada y de ese sable de luz con hoja verde… y se desató la cascada de lágrimas.
Lo que sentí cuando esto pasó es como si me empujaran 37 años atrás y me convirtiera en aquel niño que sentado en una butaca de cine vio a una figura misteriosa de negro y encapuchada entrar en el Palacio de Jabba. Ver de nuevo el retorno de este Jedi, avanzando por ese pasillo y eliminando uno a uno a los Dark Troopers como siempre imaginé que Luke haría tras leer todos aquellos cómics y leer todas aquellas novelas del antiguo universo expandido, fue como vivir una epifanía. No me lo podía creer. Y el momento de llegar frente a Din Djarin y los demás y revelar el rostro del personaje del que todos ya gritábamos el nombre… impresionante, emocionante, inolvidable. Con The Mandalorian hemos vivido, he vivido, momentos grandiosos tanto al ver estas historias como al compartirlas con mis compañeros foseros. Pero el regalo que ha sido (y lo que promete esta «revelación» para nuevas historias) el retorno del jedi, es algo que jamás podré terminar de agradecer a Jon Favreau y a Dave Filoni. La magia de ese momento está grabada a fuego en mi memoria. Luke es mi personaje favorito desde niño, siempre fue con quién me identifiqué: el aprendiz impaciente, el caballero Jedi. Y hoy desde la vida adulta, también con el viejo Maestro, con el personaje falible y con errores a cuestas. Pero por unos minutos volver a sentir a ese personaje con el que creciste, al que conociste de niño, ha sido una experiencia mágica. Gracias, otra vez, Star Wars…
- Rosa:
Desde muy pequeña siempre he querido saber más de Luke Skywalker, ver de nuevo al poderoso Luke que aparecía en el Retorno, saber cómo era su vida, cómo continuaba con su camino como Jedi. Durante mucho tiempo las respuestas a esas preguntas sólo estuvieron en mi imaginación y no fue hasta que me adentré en el Universo Expandido que pude “verle”, en las novelas y los cómics, haciendo gala de sus habilidades, convertido en el Maestro Jedi que yo siempre había imaginado. Con la segunda temporada de The Mandalorian, a partir de ese “Aunque no quedan muchos Jedi” que pronuncia Ahsoka en el capítulo cinco, la esperanza estaba ahí, pero no quise hacerme ilusiones. Era el momento perfecto, enmarcado en un contexto que conocíamos gracias al UE pero que también existía en el canon. Tenía que ser él, pero parecía demasiado maravilloso, totalmente increíble, un deseo hecho realidad, algo que ya no esperaba que ocurriera nunca. No puedo explicar lo que sentí, la absoluta emoción que supuso ver el Ala-X, el sable verde, el guante… cómo poco a poco nos dejaron descubrir que sí, que ahí estaba el Luke que deseábamos, el Luke de las novelas, el Luke que yo veo leyendo La búsqueda del Jedi, el Luke de asombrosas habilidades de El Cortejo de la Princesa Leia, el Maestro Jedi de mi imaginación.
- Alejandro Buyo:
La vuelta del héroe… Con estas palabras acudimos al blog para dejar nuestras impresiones sobre la aparición de Luke Skywalker en el capítulo de cierre de la segunda temporada de The Mandalorian.
En 1983 el mundo ya vivió una vuelta del héroe, aunque aún harían falta 16 años para que a ese héroe se lo viese como tal, ya que hasta entonces llevaba 6 años siendo el villano de la trilogía bajo su casco negro. Y fue en 1997, con el ‘retorno de La Guerra de las Galaxias‘ cuando el que escribe experimentó ese ‘retorno del Jedi’, esa vuelta al Lado Luminoso de la Fuerza de un hasta entonces casi desconocido Anakin Skywalker.
Pero gracias a dos herederos del legado del Hacedor, Dave Filoni y Jon Favreau, el 18 de diciembre de 2020 quedará grabado a fuego en todos nosotros. Ése fue el día en el que el todo el fandom de Star Wars, alrededor del mundo entero, vibró al unísono. Millones de fans de todo el planeta se emocionaron a la vez, lloraron a la vez, al ver ese pequeño caza estelar, del cual se bajaba una figura encapuchada vestida de negro, con un guante también negro y un SABLE DE LUZ VERDE… Y el mundo se detuvo, el mundo contuvo el aliento y lloró de emoción, lloró de alegría… El mundo, en un 2020 negro, muy negro, lloró de FELICIDAD durante unos minutos.
Eso es para mí Luke Skywalker. Luke ese amigo de la infancia que nos ha acompañado desde hace muchos, muchos años. Es ese Jedi que ha conseguido que millones de voces gritasen a la vez de felicidad. Luke es ese amigo, ese compañero, casi ese hermano, ese héroe en el que gran parte de nosotros nos vimos reflejados de pequeños. Luke es un ser de luz, de amor y de bondad. Es ese Jedi que tiró no una, sino dos veces el sable de luz por motivos llenos de amor y generosidad. La primera para salvar a su padre, a Vader, a Anakin, en contra de los deseos de un todopoderoso Emperador Palpatine. Luke rechazó la lucha para no caer en el Lado Oscuro, rechazó la lucha por amor a su padre y ese amor redimió a Vader, redimió a Anakin.
Y cuarenta años más tarde, Luke volvió a rechazar el sable, rechazó la lucha, y lo hizo por amor a su hermana Leia, a sus amigos, a la galaxia. ¿Por qué? Por el miedo a repetir lo que Obi-Wan hizo con Anakin, por penitencia por dar a su sobrino el último empujón al Lado Oscuro. Pero fue de nuevo el amor a los suyos, catalizado muy sabiamente por su fiel compañero astromecánico R2-D2 con cierta grabación de una princesa rebelde, que volvió el mito, volvió la leyenda, volvió Luke Skywalker. Él ha sido nuestra última esperanza en 2020.
Ahora hemos vuelto a saber de nuestro amigo en The Mandalorian. Vuelve a ser ese Luke joven, idealista y lleno de bondad. Pero lo hemos visto todopoderoso, como nos lo muestra el Universo Expandido de Lucas de los años 90. A mí me recordó a ese Luke de Heredero del Imperio, libro que comienza la Trilogía de la Nueva República, que tenéis que leer sí o sí, porque me da a mí que más pronto que tarde veremos una adaptación de esa maravillosa obra de Timothy Zahn en Disney+. He hablado.
- Juanjo:
Como he mencionado alguna que otra vez, mi puerta al antiguo Universo Expandido fue a través de los videojuegos. Gracias a ellos descubrí, al poco de llegar un ordenador a casa, que había mucho más que contar sobre aquellas tres películas que no dejaba de ver en bucle una y otra vez con apenas 7 años. Obras como X-Wing, Tie Fighter o Dark Forces fueron un salvoconducto mágico e increíble para seguir viviendo aventuras e historias con nuevos personajes que me tenían fascinados. El personaje que más me gustó fue sin duda Kyle Katarn y a través de su piel logré robar los planos de la Estrella de la Muerte, conocer a Mon Mothma, enfrentarme a los Dark Troopers y aprender los caminos de la Fuerza. Pero no sería hasta el año 2002, con la salida de Jedi Knight II: Jedi Outcast que pude conocer «personalmente» a Luke Skywalker.
Si bien es cierto que ya había podido jugar con él anteriormente en los tres juegos de SNES o incluso en Star Wars: Masters of Teräs Käsi, no fue la misma impresión que viajar por primera vez a Yavin IV, a la nueva Academia Jedi y encontrarme cara a cara con él para volver a retomar, una vez más, mi camino en la Fuerza.
Ver a Luke desde una perspectiva externa me dio una visión que nunca había tenido de él. Estaba frente al héroe, al mito y encima me encuentro con que era un maestro Jedi que había fundado una nueva Academia llena de aprendices en el mismo planeta de Episodio IV. Lo dicho, fue un gran impacto para un chaval de apenas 14 años. Pero es que encima, en un momento de la historia, luchabas espalda a espalda con él. Fue catártico. Crucé un umbral del que ya nunca querría salir. Y fue exactamente esa misma sensación, la de ver a un mito en movimiento desde fuera, la que sentí cuando me volví a encontrar con él en El rescate. Y es que, de una manera u otra, Luke Skywalker siempre fue la esperanza. La última esperanza.
Snoke: «Skywalker está vivo. La semilla de la Orden Jedi está viva. Y mientras eso pase, la esperanza vive en la galaxia».
Mi personaje favorito (junto a Vader y Palpatine).
Y el mejor personaje de STAR WARS en términos de representar al héroe en su máxima expresión.
Huelga decir que esto no es aplicable a la deleznable y bochornosa forma en que mostraron al personaje en el Episodio VII y VIII.
Luke skywalker es muy especial para mí por edad, la primera en el cine que vi fue El Retorno del Jedi, a partir de ese todopoderoso personaje, empezó mi viaje de la guerra de las galaxias.
Si bien es cierto que el Jedi que tenía que traer equilibrio a la fuerza era Anakin,Luke sin tener el entrenamiento completo fue a enfrentarse a dos de los seres más poderosos de la guerra de las galaxias,a pesar de sus inseguridades, Luke para mí se mereció un mejor trato en la trilogía de Rey.
El personaje es un viejo ido de si mismo, inseguro,frágil, creo que tenían que haberle dado un mejor trato, quizás haberlo dejado como un deux ex machina en el último episodio de la trilogía, y no dejar a Rey como una semidiosa de la fuerza.
Tenían que haber buscado la forma de que si Luke veía que fracasaba con Ben Solo, era que le dejase seguir el camino sin entrenarlo y oyese la llamada de sSnoke, pero claro la última triologa solo tiraba de nostalgia, parece mentira que John Favreau y Dave Filoni (Este sabe más de Star Wars que todo el elenco de JJ Abrams) hayan dado una lección de lo que es Luke Skywalker en 10 minutos, que Abrams en tres películas.
Ya en broma, no se por qué Luke quiere matar a Ben Sólo con el sable si juntando los deditos como hacía su padre lo dejaba dormidito para siempre.
Gracias por escribir cosas tan bonitas en este artículo.
Quién es Luke? El personaje más maltratado de las secuelas…
Luke Skywalker representa al oprimido, debil, casi sin oportunidades en un mundo cada vez mas competitivo.
Nunca fue maltratado, su personaje siempre demostró timidez y sin el coraje de Han Solo, entre otros.
Es la persona que superó todas las adversidades y representa la oportunidad que todos debemos tomar cuando se presenta o provocar la misma.
Sencillamente es dificil para disney seguir con Star Wars sin Luke, porque representa la liberación, la esperanza, la oportunidad de vivir mejor, doblegando con su granito de arena a la maldita Federacion de comercio.
Llegar a ser el representante de la liberacion contra la tiranía, le costó fisica y mentalmente. Perdió una mano y descubrió que su padre era el malo. Todo opera contra este personaje, pero pudo superar todo.
Siempre será necesario un Luke Skywalker para mantener la llama de la fuerza encendida.
Vengo buscando haters de mediana edad soltando su bilis por que les han arruinado su infancia dorada y no me he decepcionado. XD
Luke Skaywalker es para mi, el mejor héroe de todos, el no es un héroe común, no es el que al final de cada película vencia al malo, sino el que inspiraba a otros a hacer lo correcto, creció con nosotros y maduro mucho mejor que todos los demas.
Comenzó como dices como un jóven soñador que queria ser un héroe, luego se dio cuenta que quizá su destino era ser el villano y finalmente maduro lo suficiente para decidir como un hombre, su propio camino, no el destino de los jedi, no el de los sith, no el de sus amigos, sino el suyo propio, aceptando sus consecuencias.
Para mi Luke Skywalker no es ese Luke que se presenta en la última trilogia de los episodios VII,VIII Y IX, en que lo convierten en un hombre derrotado, para mi ese es un universo alterno que jamas existió porque todos los fantasmas que aseguran lo llevaron a ese punto, ya los había superado en el Retorno del Jedi. Carece de realismo, pues George Lucas aseguro que tenia el mismo potencial de su padre y este potencial era el doble del emperador, en esta última trilogia, se nos da a entender que todo Star Wars es en realidad sobre Palpitaine, como se transforma en emperador, como sobrevive y vence a la muerte y por ende a los Jedi a pesar de explotar en la estrella de la muerte y al final como es él, Palpatine el que vence, pues es su estirpe y su genética la que prevalece.
Para mi, sin duda alguna, el Luke que debió haberse visto, el que creo que realmente existió, es ese mismo del universo expandido, en el cual tambien hay personajes hermosos que podrian ser explotados si Disney quisiera.
Luke Skywalker, maestro jedi, el que nunca se rindió, el que peleo por sus ideales, amigos y familia, el que creo una nueva orden con nuevas reglas siguiendo su propio camino, la amabilidad y la compasión.