Nuevo extracto de la novela «Rebel Rising»

Debido al lanzamiento de esta semana de la novela, «Rebel Rising», la cual nos cuenta la parte de la vida de Jyn Erso en la que se convirtió en una guerrera bajo el manto de Saw Gerrera y como esté la abandonó para protegerla, la web oficial de Star Wars ha revelado en exclusiva un extracto de la misma.

Pero antes de leerlo, echa a un vistazo al anterior extracto que fue revelado hace unos meses.

Ahora sí, continúa leyendo el extracto que nosotros mismos hemos traducido:

Cuando Jyn despertó a la mañana siguiente, todo parecía demasiado oscuro. No había ventanas. El aire olía raro, mustio, no aireado. Su corazón latió con fuerza mientras trataba quitarse de la cabeza la sensación de desorientación que le causaba despertar en un lugar que no era su hogar.

Jyn se frotó los ojos. Estaban secos y le picaban, entonces recordó que había estado llorando. Y después recordó porqué. Su estómago se contrajo, sintiendo el ácido en su garganta. No podía olvidar los recuerdos del pasado día. El sonido del cuerpo de mamá cayendo, sin vida, al suelo. Esperar, esperar, esperar a que alguien llegara a salvarla mientras se escondía en la cueva.

Pero eso no era cierto. No había estado esperando a alguien. Había estado esperando a papá. Él era quien se suponía que tenía que rescatarla. No Saw. Una oleada de ira la envolvió, sorprendiéndola con su intensidad. Nunca había sentido una rabia como esta antes. E incluso cuando sabía en su corazón que papá no tenía la culpa por no haberla rescatado, se aferró a la emoción. Era mejor que la tristeza que amenazaba con ahogarla.

No había rastro de Saw cuando abrió la puerta de su cuarto y se asomó al pasillo. Su estómago le dolía de hambre. Se preguntó si debería llamar en las puertas cerradas y buscar a Saw, pero en su lugar caminó hacia la sala común y encontró otra lata de leche nutritiva del mismo estante que Saw había abierto con anterioridad. La bebió sola en la mesa.

Ociosamente, miró todas las diferentes cosas que Saw había dejado allí. Era un poco desordenado; la lata vacía de leche nutritiva que había bebido la noche anterior seguía en la mesa, al igual que más basura. Pero una parte de la larga mesa estaba reservada para el trabajo de Saw. Le recordaba a Jyn cómo trabajaba su papá, caos organizado, decía él. Había hojas transparentes con cartas estelares y diagramas de naves Imperiales mezcladas. Pero parecía que Saw había dejado de lado todo eso. Había un datapad en el área despejada, y Jyn vio las notas que Saw había escrito sobre los cristales. Había marcado varios planetas, algunos de los cuales sabía que su papá también había investigado. Jyn tocó un holo-cubo en la mesa, y la cara de su padre se iluminó, flotando frente a ella.

Jyn miró a su alrededor con un sentimiento de culpa; no quería que Saw pensara que era una fisgona.

Pero no vio a Saw por ninguna parte.

Debe estar en alguna de esas habitaciones, pensó ella, mirando a la media docena de puertas cerradas.

O tal vez en el exterior.

Bebió la leche del fondo de la lata.

No me abandonó.

Dejó la lata en la mesa.

No estoy sola. No lo estoy.

Estaba todo muy, muy silencioso.

«¿Saw?» dijo Jyn en voz baja. No quería despertarlo si estaba dormido. «¿Saw?» dijo otra vez, un poco más alto.

Ninguna puerta se abrió.

Empujó su silla de la mesa, el metal chirriaba sobre la piedra. ¿Podría haber cogido su nave y volado lejos, dejándola aquí sin nada más que cubos de comida y lo que fuera que sean Wreans?

El corazón de Jyn latió rápidamente, y fue de puerta en puerta por el pasillo, ya no le importaba si molestaría a Saw. Un Saw enfadado era mejor que ningún Saw. La mayoría de las puertas tenían llave, y las pocas que no, no tenían más que telas de arañas y muebles rotos, obviamente apilados de cuando Saw había limpiado la base para sus propios menesteres. Jyn empezaba a entrar en pánico, y estaba temblando cuando llegó a la puerta que daba al exterior. La abrió y aunque no vio a Saw, lo escuchó.

Jyn trepó el peñasco donde había caído la torre de comunicaciones. Saw había colgado en las varillas oxidadas varios droides de sus cuellos, una mezcla de cuerpos metálicos altos y delgados, y alternaba entre usar su blaster y atacar a los droides muertos en combate cuerpo a cuerpo. Saw era grande, viejo y lleno de cicatrices, pero cuando luchaba, se veía tan vivo de una manera que Jyn no había creído posible.

Golpeó un droide, pegándolo tan fuerte que su cuerpo tembló sobre el armazón de metal. Giró rápidamente, apuntando a un droide colgado más lejos y disparando su blaster. Sin esperar a ver si su tiro había acertado (lo había hecho) se agachó y dio un giro, acabando cerca de algunas rocas que usaba como cobertura mientras que disparaba tres tiros más hacia tres droides. Sus cuerpos golpearon la torre de metal, sus caparazones vacíos saltaron con la fuerza de los disparos.

«¿Saw?» preguntó Jyn.

Saw se levantó, el sudor corría por su calva cabeza, siguiendo el contorno de la cicatriz en su cara. Se quedó quieto, esperando a que ella hablara.

No fue sino hasta ese instante cuando Jyn se dio cuenta porqué, cuando el Imperio vendría y los soldados se acercaban, su madre le había hablado a Saw. No era porque fuera su amigo, aunque esa era parte del motivo. Era por esto.

«¿Puedes enseñarme cómo pelear así?» preguntó Jyn.

«Querida,» dijo el, sonriendo, «ese es el plan.»

Rebels Rising está escrito por Beth Revis y ya está a la venta en Estados Unidos. En España aun no tenemos fecha de lanzamiento programada, pero si eres de México o de algún otro país que reciba sus publicaciones, el 15 de junio se publicará de la mano de Planeta DeAgostini tanto en físico como en Epub.

Fuente: StarWars.com


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