La editorial Dark Horse supo ver
desde el principio el potencial del universo Star Wars. Más allá de las
películas y las novelas había una cosmología por explotar. Y hasta que
Marvel/Disney le robó la tostada supo proveer al aficionado de material para
los sueños. Decenas de series, de argumentos desarrollados entorno a los
Episodios o alejados de ellos… Dark Horse suministró durante más de quince años
las estanterías del fan de rama dura. Pero, como ya he dicho, eso se desvaneció
como lágrimas en la lluvia.
desde el principio el potencial del universo Star Wars. Más allá de las
películas y las novelas había una cosmología por explotar. Y hasta que
Marvel/Disney le robó la tostada supo proveer al aficionado de material para
los sueños. Decenas de series, de argumentos desarrollados entorno a los
Episodios o alejados de ellos… Dark Horse suministró durante más de quince años
las estanterías del fan de rama dura. Pero, como ya he dicho, eso se desvaneció
como lágrimas en la lluvia.
Más
los cómics no desaparecen, no se convierten en ceniza ni nos los roban el
ratoncito Mickey mientras soñamos con galaxias lejanas. Están ahí y siempre lo
estarán. Son Leyendas. Y hoy toca reseñar una esquinita secreta de ese universo
expandido: Agente del Imperio.
los cómics no desaparecen, no se convierten en ceniza ni nos los roban el
ratoncito Mickey mientras soñamos con galaxias lejanas. Están ahí y siempre lo
estarán. Son Leyendas. Y hoy toca reseñar una esquinita secreta de ese universo
expandido: Agente del Imperio.
Cross,
Jahan Cross. Así se llama nuestro hombre. Un agente imperial de la época previa
a la batalla de Yavin. Porte esbelto, mirada afilada y recursos. Un espía más
en la maquinaria del Imperio; el Emperador Palpatine necesita mantener el orden
sobre el caos galáctico y necesita a hombres de acción que estén motivados y no
hagan preguntas. Él es nuestro héroe. En este cómic, en este primer tomo a
reseñar, seguiremos los pasos de uno de los malos, de un villano que en otro
momento sería una diana perfecta para un bláster rebelde. Aquí no. Aquí él es
protagonista: un espía al que le falta del 007 en la ficha imperial, un hombre
infiltrado en una peligrosa facción empresarial que pretende socavar la
estructura galáctica a todos los robóticos niveles. ¡Esta es una misión para el
agente Cross!
Jahan Cross. Así se llama nuestro hombre. Un agente imperial de la época previa
a la batalla de Yavin. Porte esbelto, mirada afilada y recursos. Un espía más
en la maquinaria del Imperio; el Emperador Palpatine necesita mantener el orden
sobre el caos galáctico y necesita a hombres de acción que estén motivados y no
hagan preguntas. Él es nuestro héroe. En este cómic, en este primer tomo a
reseñar, seguiremos los pasos de uno de los malos, de un villano que en otro
momento sería una diana perfecta para un bláster rebelde. Aquí no. Aquí él es
protagonista: un espía al que le falta del 007 en la ficha imperial, un hombre
infiltrado en una peligrosa facción empresarial que pretende socavar la
estructura galáctica a todos los robóticos niveles. ¡Esta es una misión para el
agente Cross!
John Ostrander (artífice de otras
grandes historias SW como República o Legado y creador del Escuadrón Suicida
original) vuelca las filias hacia el mundo de las historias de espías y nos
cuenta entre otras cosas: un M y un Q imperiales, un sidekick robótico a lo
Moneypeeny, femme fatales de diversas razas y apetitos, una base secreta, un
villano al que le falta el monóculo y un gato al que acariciar, escenas de
acción muy resultonas y los cameos conocidos de rigor para que la receta se
digiera sin ardores y con un buen sabor de boca. Y el apartado gráfico está a la
altura con dos dibujantes: Stephane Roux y Stephane Créty que saben que la
gente quiere que la acción esté bien narrada y las referencias visuales están
correctas. Y cumplen. No es Jan Dursemma pero cumplen.
grandes historias SW como República o Legado y creador del Escuadrón Suicida
original) vuelca las filias hacia el mundo de las historias de espías y nos
cuenta entre otras cosas: un M y un Q imperiales, un sidekick robótico a lo
Moneypeeny, femme fatales de diversas razas y apetitos, una base secreta, un
villano al que le falta el monóculo y un gato al que acariciar, escenas de
acción muy resultonas y los cameos conocidos de rigor para que la receta se
digiera sin ardores y con un buen sabor de boca. Y el apartado gráfico está a la
altura con dos dibujantes: Stephane Roux y Stephane Créty que saben que la
gente quiere que la acción esté bien narrada y las referencias visuales están
correctas. Y cumplen. No es Jan Dursemma pero cumplen.
En
definitiva: mezcla las bandas sonoras de SW con las de James Bond y disfruta
del primer tomo de las aventuras de un personaje simpático y referencial. Un
lugar inexplorado y atractivo. El villano cree en el sistema, es un agente del
orden, y hará todo lo posible por salvaguardar la Galaxia de los malos. Es un
agente secreto imperial al servicio del Emperador. Y mola.
definitiva: mezcla las bandas sonoras de SW con las de James Bond y disfruta
del primer tomo de las aventuras de un personaje simpático y referencial. Un
lugar inexplorado y atractivo. El villano cree en el sistema, es un agente del
orden, y hará todo lo posible por salvaguardar la Galaxia de los malos. Es un
agente secreto imperial al servicio del Emperador. Y mola.
pues si …ampliaba y te daba una vision distinta de nuestra querida galaxia. Puro entretenimiento divertido. tenia su punto y aportaba algo… y mejor ser cola de león q cabeza de raton.