Hola amigos, hace ya un tiempo os hablé de «The Heart of the Jedi» una novela de mi tocayo Kenneth C. Flint que por errores de la productora o enchufismo como deja entrever el autor, nunca llegó a ser publicada.
Pues tras que Kenneth C. Flint decidiera ir publicándola por partes en http://starwarstimeline.net/ para que los fans pudiéramos disfrutar de su trabajo, vengo a traeros la traducción de este ahora fanfiction que en su día fue una novela encargada por el propio George Lucas.
Ya que no dispongo de demasiado tiempo, iré publicando esta novela por capítulos y cuando esté finalizada la publicaremos integra, y si mas preámbulos, ahí vamos…
EL CORAZÓN DEL JEDI
PROLOGO
Darth
Vader y el Emperador ya no existen. La
alianza ahora es oficialmente la Nueva República. Conforme
Han Solo, la Princesa Leia y la nueva Jefa de Estado Mon Mothma salen
triunfantes contra el debilitado Imperio Galáctico, el Remanente
Imperial sigue luchando hasta que el durante mucho tiempo silencioso
Senado Imperial se alza llamando a la paz. Pero no todos quieren paz,
y el Alto Almirante Tharkus ha hecho plantes para asegurar que el
Imperio re-emerja bajo su mandato. Y a su lado esta los misteriosos
Dioskouroi, ¡seres de extraños y mortíferos poderes! Para Luke
Skywalker, exhausto por años de lucha, ha llegado la hora de partir
en un viaje de auto-descubrimiento, un viaje que le llevara a un
secreto tiempo atrás escondido por Obi-Wan Kenobi.
Vader y el Emperador ya no existen. La
alianza ahora es oficialmente la Nueva República. Conforme
Han Solo, la Princesa Leia y la nueva Jefa de Estado Mon Mothma salen
triunfantes contra el debilitado Imperio Galáctico, el Remanente
Imperial sigue luchando hasta que el durante mucho tiempo silencioso
Senado Imperial se alza llamando a la paz. Pero no todos quieren paz,
y el Alto Almirante Tharkus ha hecho plantes para asegurar que el
Imperio re-emerja bajo su mandato. Y a su lado esta los misteriosos
Dioskouroi, ¡seres de extraños y mortíferos poderes! Para Luke
Skywalker, exhausto por años de lucha, ha llegado la hora de partir
en un viaje de auto-descubrimiento, un viaje que le llevara a un
secreto tiempo atrás escondido por Obi-Wan Kenobi.
EL CORAZÓN DEL JEDI.
PARTE 1
CAPITULO 1:
El vasto silencio de ese sector desierto de planetas, era penetrado por el crepitante sonido de disparos láser mientras una enorme nave se deslizaba repentinamente a la vista.
Era un Destructor Estelar Clase Victoria del Imperio, y estaba en medio de una salvaje pelea.
La poderosa nave de batalla era una gigantesca escama de metal en forma de punta de flecha. La gran punta de lanza de su popa aceleraba hacia el oscuro vació a su frente, mientras que los laterales del casco de la nave se iluminaban con filas de baterías de turbolaser.
Estas ahora disparaban frenéticamente, derramando hacia el espacio, una intrincada y llameante red de descargas de color rubí. Pero estos disparos no estaban apuntando a un objetivo frente a ellos. Estaban disparando hacia su proa, y otras descargas de un brillante color esmeralda eran devueltos, entretejiéndose con el fuego Imperial.
Y entonces la fuente de estos disparos también apareció a la vista. El Destructor Imperial no estaba en persecución. Estaba siendo perseguido.
El perseguidor era un MC8O clase Libertad Crucero Estelar Mon Calamari, otra nave de batalla, pero una de diseño oceánico con un casco ovalado y repleto de bultos.
Pese a ser una nave de aspecto orgánico y bien diseñada en contraste con las duras formas de la nave imperial, aun era un buen oponente para el buque de guerra.
De hecho, mientras los dos acorazados navegaban, encerrados en una furiosa batalla, rápidamente se hizo obvio que el Destructor Imperial estaba en una vasta desventaja. Las andanadas que intercambiaban se intersectaban y tejían un entramado brillante a través de la oscuridad e hizo que muchos mas destellos florecientes al golpear en la nave Imperial que en la de su contrincante. Y el perseguidor se acercaba lenta e implacablemente.
La frecuencia de sus golpes pronto empezó a crear constantes fuegos artificiales por todo el lateral y la parte trasera de el Destructor Imperial. Estaban infligiendo mucho daño, destruyendo sistemas y fuentes de energía, anegando la nave Imperial con su acumulativo efecto.
Un disparo particularmente bien acertado por una de las cañoneras frontales del cazador golpeó directamente en la parte trasera de la ascendente torre de control. Una gran flor de chispas erupcionó allí mientras el impacto del disparo sacudió toda la superestructura. En ella, en el puente de mando principal, toda la tripulación de mando, vestida en sus negros uniformes se tambaleó con fuerza.
Su capitán, un hombre esbelto y de nariz aguileña, se agarró al filo de una consola justo a tiempo para evitar su caída inminente. Con su cara enrojecida, tanto por frustración como por ira, se giró para gritar a su tripulación:
“¿Donde están esos escudos? ¡Máxima potencia a los escudos del puente de mando!”
Otro, mas joven oficial se acercó a el. “Capitán, nos están desbordando” dijo en una voz que no podía ocultar su alarma. “Sus disparos están penetrando. No podemos ganar”
El Capitán se giró hacia el incrédulo.
“Sugiere que nos rindamos, Comandante?” Rugió. “¿A esa escoria? Suena como un cobarde, hombre. ¡Regresa s tu puesto! ¡Mantengan fuego al máximo!”
El joven oficial, claramente herido por el reproche, espetó un saludo y se marchó rápidamente, pero estupefacto mientras otro, aun mas enorme disparo láser sacudió la nave.
Fuera, toda la popa de la gran nave de batalla estaba sepultada en una floración espectacular de llameantes escombros, esparciéndose en todas direcciones desde la explosión del cono del motor central de la nave. EL intenso fuego enemigo por fin había acertado en un punto vital.
En el puente Imperial, un segundo joven oficial revisaba el reporte de daños en una de sus pantallas y miraba a su capitán consternado.
“¡Capitán, nuestros sistemas de movimiento principales están fallando!” reportó, “Perdemos velocidad”
El joven Comandante consultó las indicaciones en su propia pantalla. Un monitor sobre el, con la vista trasera de la nave le mostraba la nave que les perseguía, su tamaño aumentaba rápidamente ahora que se acercaba cada vez mas.
“¡Se están acercando, señor!” Gritó en pánico a su Capitán. “!Ganchos de abordaje!”
La cara del capitán se dibujó en lineas de tristeza pero también determinación mientras lanzaba la ominosa orden: “!Prepárense para repeler el abordaje!”
A través de los duros y grises pasillos de la nave imperial el fuerte sonido de una alarma sonó. De todas partes a la vez enjambres de hombres armados aparecieron rápidamente, formando un torrente de tripulantes uniformados de negro, armaduras blancas de los soldados de asalto, todos corriendo rápidamente a través de la nave a sus posiciones asignadas.
Mientras que en el interior de la nave se movían a posiciones defensivas, fuera de esta la nave de guerra atacante se acercaba más. Se deslizó junto al Destructor Imperial, que ahora no hacia mas que flotar a la deriva en el espacio. Al poco tiempo ya estaba volando en paralelo, los cascos de ambas naves separados por solo unos centenares de yardas, sus turbolasers intercambiando ráfagas de brillante energía. La inmensa mayoría de esa energía, era disparada por la nave agresora. A estas alturas, muchísimas de las armas imperiales habían sido atacadas por fuego enemigo hasta ser silenciadas. Los pocos disparos imperiales fueron mayormente inútiles.
El cazador igualó su velocidad con la de su presa, pareciendo por un momento que permanecía suspendido impasible junto a la otra nave. Entonces empezó a moverse de lado, aminorando la distancia entre las dos naves.
Dentro de el Destructor Imperial, los soldados y la tripulación alcanzaban sus posiciones. Una de las compañías formó al final de un pasillo frente a una gran puerta. Se movieron en un perímetro defensivo, creando una barrera formidable, los soldados de asalto mejor armados delante.
No muy lejos de la pared a la que se enfrentaban, el lateral de la nave agresora se acercaba a muy pocas yardas del suyo. Conforme se acercaba mas, las baterías de turbolaser abruptamente se sumían en silencio.
Al mismo tiempo, numerosas compuertas redondas repartidas por todo el lateral de la nave se abrieron. De ellas, amenazantes apéndices aparecieron alargándose y creciendo rápidamente convirtiéndose en conductos que tras tocar al nave se agarraban a su lateral, como un enorme monstruo agarrando su presa.
Conforme el primer conducto hizo contacto con una puerta exterior, los soldados y la tripulación ahora posicionados en perímetro defensivo escucharon el «Clang» del conducto agarrándose a la nave. Todos miraron agudamente hacia el sonido. Aprensión se mostró brevemente en las caras de algunos tripulantes. Pero todos recobraron rápidamente la compostura y se prepararon para la batalla. Blasters en posición y preparados. El sonido de los seguros de las armas siendo desactivados y el creciente zumbido de las armas siendo cargadas resonaron en el estrecho espacio.
Durante una tensa docena de latidos todos los miraban expectantes la gran compuerta.
Nada sucedió.
Pero, en el siguiente instante, la compuerta había desaparecido, reventada hacia dentro por una compacta pero eficiente explosión que la convirtió en ardientes cascotes y envió una extensa nube de humo hacia delante llenando el pasillo.
Figuras aparecieron, solo vagas sombras al principio. Una de ellas avanzó. Los primeros defensores, los soldados de asalto, empezaron a disparar, sus descargas de plasma desapareciendo en la grisácea nube de humo.
En respuesta, una raro y enfadado zumbido creció. Al mismo tiempo, un corto haz de luz verde apareció, una figura moviendolo entre el humo, interceptando todos y cada uno de los disparos con una increíble velocidad rebotandolos lejos de el.
Los soldados de asalto se quedaron mirando, cesaron el fuego, momentáneamente confundidos.
En el escaso parón la figura actuó, se abalanzó hacia delante desde el humo a la vista clara de todos. Era un hombre en un uniforme negro, un casco con el visor abierto y colocado sobre lo alto.
Se abalanzó rápida y agilmente sobre el primer grupo de soldados, el largo filo de luz verde que sostenía se movió de lado a lado con gran rapidez y asombrosa puntería, dibujando arcos brillantes en el aire, crepitando con poder cada vez que impactaba a un oponente, cercenando algunos soldados y creando el pánico entre los demás.
Otras figuras vestidas de azul y portando cascos comenzaron a salir en mareaa través de la brecha, disparando con sus blasters a los ahora desorganizados defensores. Algunos soldados de asalto trataron de mantener su posición pero fueron derribados por disparos. Los demás se dieron la vuelta y huyeron.
El grupo de abordaje trepó por la montaña de cuerpos sin vida para salir en su persecución, con aquella figura vestida de negro a la cabeza. A la vez que ellos avanzaban hasta el corazón de la nave, otras puertas saltaban por los aires por varias partes de la nave, y otros grupos de asalto entraron como mareas a enfrentarse a la tripulación imperial en un vicioso combate.
Los diferentes grupos de abordaje se abrieron camino a disparos por los pasillos de la nave, machacando cualquier resistencia que se pusiera en su camino. Cientos de imperiales se batían rápidamente en una retirada salvaje, derribándose los unos a los otros en el pánico, tropezando con pequeños e indefensos droides ratón que pitaban espantados mientras trataban de quitarse del camino.
En un punto central donde varios pasillos convergían, los grupos que huían se convirtieron en una muchedumbre que luchaba por llegar a un punto mas interno y seguro de la nave. De dos de los pasillos, grupos de abordaje aparecieron, disparando a los hombres que huían de ellos a plena carga, hasta que se unieron todos en la unión de los pasillos.
El lider con el filo de luz saludó con la mano al segundo grupo. entonces lideró a los dos grupos en la persecución.
En el puente de mando imperial, reinaba el pánico. El joven comandante, ahora abiertamente atrapado por el miedo, se acercó a su oficial al mando.
«Capitán, están pastoreando a nuestros hombres» -Dijo con voz temblorosa. «se están moviendo a través de la nave a gran velocidad. Propongo que…»
Pero antes de que pudiera terminar su sugerencia, el alto y agudo silbido de un blaster sonó desde la entrada principal hasta el puente de mando.
Los dos hombres se giraron de inmediato para ver un soldado de asalto caer de espaldas a través de la puerta de entrada, con el pecho humeante por un disparo de blaster. Otros soldados de asalto y tripulantes empezaron a entrar en desbandada al puente de mando disparando hacia atrás, seguidos por las chasqueantes lenguas de fuego contrario.
Los imperiales no tuvieron ni el tiempo de organizar una nueva linea defensiva antes de que los guerreros que les abordaban entraran por la fuerza a la sala. Soldados de asalto y tripulación solo pudieron agolparse detrás de equipamiento y consolas.
Aun así, llevados por la desesperación, montaron una fuerte resistencia desde ahí. Una salvaje y mortal melee erupcionó en el puente de mando cuando los atacantes entraron en desbandada, separándose para enfrentarse a los imperiales desde todos los ángulos. Los imperiales atrapados lucharon tenazmente, levantando un muro de fuego cegador. Un gran numero de sus disparos acertó sobre los invasores.
Muchos combatientes cayeron en ambos bandos. Cuerpos calcinados y miembros cercenados por barbaras descargas de energía cubrían el suelo metálico. Disparos errantes golpeaban consolas, equipamiento, monitores y maquinas, levantando explosiones de chispas y fuego.
El capitán imperial se movía por el caos, evadiendo disparos y cuerpos sin vida, arrastrándose detrás de su consola de mando buscando cobijo y agachándose allí. A su lado, el joven comandante se agachaba también, pero asomándose a veces a disparar su blaster.
Por un tiempo parecieron estancados.
Después el que porta las ropas negras, empuñando su filo de luz se movió fuera de formación separándose de los demás. Avanzó hacia el centro de la estancia con aparente imprudencia, bloqueando disparos de blaster mientras atacaba a la obstinada resistencia con casi cruel eficiencia.
Ninguna defensa le podía parar. Ningún disparo alcanzarle. En un par de sangrientos momentos solo quedaba un puñado de imperiales.
El joven comandante se levantó para disparar, pero fue derribado por fuego enemigo. Se derrumbó sin vida dejando caer su blaster y el Capitán al ver el arma se asió de ella y se levantó a la vista de todos.
En el centro del puente de mando se mantenía la figura con el filo de luz. Guerrero y Capitán se vieron al mismo tiempo.
«¡Rindete!» dijo la figura de negro. El Capitán se estiró orgulloso, desafiante.
«¿Ante ti?» contestó con asco y condescendencia. «¡nunca!»
Y su mano se movió rápidamente levantando el blaster y abriendo fuego.
Su veloz primer disparo falló de largo a la figura de negro, pero golpeó a uno de los soldados de azul que se movían al fondo. El disparo le golpeó en el pecho haciendo que este se levantara en el aire por la fuerza del impacto para luego desplomarse en el suelo sin vida.
Antes de que el Capitán pudiera disparar otra vez, la figura de negro se lanzó con su brillante sable hacia el frente.
Voló rapidísimo, con un zumbido girante de sonido mientras mientras se movía de lado a lado, deslumbrando a su objetivo tan rápido que no tuvo tiempo de parpadear.
Golpeó con un enorme destello de poder, el filo de luz cortando a través del hombre desde el hombro hasta el corazón. Su humeante cadáver cayó de golpe al suelo de puente de mando.
Un gran silencio se adueñó del puente de mando.
La batalla había terminado, las ultimas defensas habían caído. Los vencedores se alzaban en medio de una masa de cadáveres y controles calcinados.
El hombre del uniforme negro avanzó, el sonido de sus botas contra el suelo metálico rompía el silencio. Se agachó sobre el cadáver del Capitán para quitarle el arma que había a su lado.
Por un largo rato el guerrero se mantuvo impasible, con su letal filo de luz en la mano, luciendo como una figura de poder terrible en medio del humo, las chispas, el fuego y los cadáveres de esa estancia infernal.
Después se giró hacia sus compañeros guerreros quien se mantenían impasibles mirándole.
Con un chasquido el filo de luz desapareció, encogiéndose en un instante dentro de su empuñadura metálica. Las manos del guerrero se alzaron hacia su cabeza. Agarraron su casco, levantándolo liberando la cabeza que este resguardaba.
Las facciones que se revelaron en su rostro, eran las de Luke Skywalker.
Fin del capitulo 1.
Espero que lo hayáis disfrutado, dentro de poco os traeremos el segundo capitulo.
Que la fuerza os acompañe…
Joer como mola.